Escuadra (y cartabón) Radical

ESCUADRA RADICALMASUNO, brazo armado de nmas1 (armado con un cartabón faber, se entiende) responde a las “sutiles” referencias de Edgar a la vuelta del congreso de arquitectos / curso de verano.

Edgar:

Esperamos que al recibo de la presente, estés bien, que no te hayan sentado mal los canapés, (está la salmonela fortísima este año) y que todo haya ido a pedir de boca de nuestro presidente y líder, Carlos (él es necesario y nosotros contingentes).

Que recordemos no estábamos en esta casa organizando nada. El articulo al que te refieres, que se publicó como “Congreso Para-Lelos”, era la expresión de unas más que lógicas dudas (y deseos) sobre el sobrevenidísimo congreso, que según nos cuentan y hemos podido ver en los webcasts se han confirmado con el tiempo al menos en su mayor parte.

En cualquier caso, Edgar, desde la Escuadra te agradecemos el calificativo de “radicales”, aunque hemos de decir con toda modestia y el sonrojo propio de una heroína de Jane Austen en un burdel, que lo consideramos exagerado, o dicho en otras palabras, eso se lo dirá usted a todas, caballero.

Siempre será preferible no obstante al calificativo “mas de perfil que Nefertiti”. Aunque somos conscientes de que en esta profesión tan de comulgarse la rueda de molino, especialmente la que se lleva atada al cuello, la crítica de cualquier tipo se tacha siempre de radical, pero no sea zalamero. No nos va usted a convencer para llevarnos a lo oscuro. Picarón.

El artículo en cuestión al que haces referencia hablaba de los amiguetes de siempre contando las batallitas de siempre. Hablaba de la inexistencia de debate. Hablaba de la necesidad de un congreso – asambleario y no de un curso de verano engordado. Hablaba de un congreso montado a la mayor gloria del CSCAE para tapar unas vergüenzas al aire que en los últimos años son ya enciclopédicas.

Cursos de verano, ya nos hemos chupado muchos (algunos mejores, otros peores) y sinceramente (y a eso nos referíamos), no parecía el momento de otro, sino de un DEBATE en profundidad. Y cuando decimos debate no nos referimos a Los de siempre, hablando de lo de siempre.

Por otra parte, creo que ya lo hemos discutido, nos gustaría que el Consejo nos explicara cuanto ha pensado en todos los arquitectos. Incluidos claro esta los que trabajan para terceros y no pueden dejar el trabajo para desplazarse 700 kilómetros (No hay avión a Valencia desde todos los aeropuertos de España, Edgar), o en los que son funcionarios o un largo etcétera. ¿Costaba mucho sintetizar, evitar el tufillo a baño de multitudes del CSCAE y hacerlo de viernes a domingo? ¿Costaba mucho ese mínimo respeto por TODA la profesión en un congreso sobre…. La profesión?

Por lo visto sí. O por lo visto estas cosas pasan cuando quieres montar un evento que debía a priori ser participativo y lo haces con el ramalazo permanente de hacer un ciclo de conferencias para pasear a los amiguetes, tengan o no tengan que ver con el tema. Por ejemplo… ¿Por qué no se invito al estudio que MAS factura de España, sea este el que sea, en aras de saber, como dirían Les Luthiers “Usted… ¿puede decirnos como hace?”? ¿Por qué no había arquitectos dedicados a la función pública si de la profesión se trataba? ¿Cuántos arquitectos responsables de urbanismo en ayuntamientos, consejerías y demás hubo entre los ponentes? ¿Pocos quizá? ¿Cuánto se hablo del procedimiento administrativo de contratación? ¿Cuánto de la LCSP? ¿Se hablo mucho de Bolonia, o prácticamente nada? ¿Cuánto tiempo se dedico a la ley ómnibus y cuanto a otras cuestiones? ¿Se entono mucho el Mea Culpa en la línea del egregio presidente? ¿O antes al contrario se le pidió que dimitiera de forma fulminante por sus declaraciones en las que acusaba a los arquitectos de tener parte de culpa en la burbuja inmobiliaria demostrando así, una de dos, o su ignorancia más básica sobre la cuestión o su interés en quedar bien con vaya usted a saber quién?

Resumiendo, lo de radicales nos provoca una hemorragia de placer aunque no creemos merecerlo. Favor que usted nos hace.

En ello estamos, no lo dude. Si no tragarse la píldora, por mucho azúcar que le ponga Mary Poppins encima, es ser radical, apúntenos desde ya. Nunca hemos sido de natural lánguido, se diría de algodón, que por lo visto es lo que renta como tú mejor que nadie sabes.

No vamos a empezar ahora. Y además no se nos daría bien, como en el cuento… no debe estar en nuestra naturaleza.