Archive for diciembre 2007
En el salón de tu casa
Mover una piedra de su sitio es hacer arquitectura
¿y mover un sofá del suyo?
El futuro que nunca fue
Paleo-Futuro es una de esas rarezas que, de tanto en tanto, te dejan pegado al monitor. Recopila imágenes -muchas de ellas postales- en las que los visionarios especulan, lápiz en mano y desde fechas tan lejanas como 1880, cómo será el futuro desde múltiples puntos de vista: los medios de transporte, las profesiones, las ciudades, las aplicaciones de las nuevas energías, las predicciones a cien años vista de algunos periódicos…
Impagable.
Visto en Pasajero en tránsito
Esas bellas personas
Cuando uno va paseando alegremente por un centro de Madrid que, no
sabemos como, ha sobrevivido a alcaldes ineptos, constructores
corruptos y bombardeos aéreos lo menos que imagina es que el pleno
siglo veintiuno, cuando ya ha quedado claro que tirar edificios
antiguos es caca y no se hace, nos vayamos a encontrar con cosas como
la mierda puesta al sol que vemos en la fotografía de más arriba.Nos
preguntamos qué, pero qué coños enseñan en la muy honorable facultad de
arquitectura a esos chicos de la chupa vaquera y la carpeta con escudos
del Madrid para que, al salir, decidan enmierdar esquinas a cincuenta
metros de la Plaza Mayor con semejante despliegue de egocentrismo
paleto copiado de vaya usted a saber que libro de arquitectura
japo-finlandesa de 29,95 leuros en el Vips de Cubos.
Cardo+Decumano = Zero Carbon City
Aunque no lo parezca, son propuestas distintas (Foster izquierda, OMA derecha) para un mismo proyecto. ¿Se parecen demasiado? .
Por lo que pueda suceder, Rem ha dicho que "la suya fue la primera" allá por noviembre del año pasado y que desea tener una charlita con Foster & Partners para dilucidar "cómo es posible que esto haya podido suceder".
Lo único que parece obvio es que, a pesar de ser un proyecto de ordenación para una ciudad árabe (Masdar, la primera ciudad sin carbono), los dos recurrieron al libro de urbanismo romano.
Paul Fagét, ingeniero de estructuras
Paul Fagét
ha accedido a ser entrevistado por BUILD Blog para una serie de encuentros –que
prometo seguir- que se centran en profesionales implicados en la actividad arquitectónica y que no son arquitectos. Paul lleva trabajando muchos años como
ingeniero comprometido, inspirado y creativo.
Swenson
Say Fagét es una firma de ingeniería única en la que usted contrata y forma a
arquitectos para ser ingenieros de estructuras. Debe ser aburrido dar las
mismas lecciones una y otra vez sobre cómo calcular el momento de una simple
viga.
No, absolutamente al contrario. Pienso que los conocimientos de ingeniería
y la capacidad de aprenderlos son algo natural. Cualquiera puede aprender si
tiene aptitudes y es un placer enseñar a la gente.
¿Cuáles
son las ventajas de trabajar con arquitectos?
Los arquitectos han tenido una buena formación y son
elegantes (tienen el deber de serlo). Son gente muy capaz. Y trabajan barato.
¿Y las desventajas?
Ninguna particularmente. Cuando recurren a nosotros, tal
vez su desesperación, que les hace parecer impacientes.
Si uno de sus hijos le dijera que
quiere estudiar arquitectura, ¿cómo le explicaría su descontento?
No, al contrario.
Aceptaría su decisión y asumiría que probablemente tendría que apoyarlos
económicamente el resto de mi vida.
¿Es posible ser buen
arquitecto sin ser alcohólico?
Estoy seguro,
pero me cuesta imaginarlo.
La parte seria de
la entrevista –que la tiene- está por aquí.
Book Autopsies
"Cuando la función a la que estaba destinado un
objeto se evapora, surge la necesidad de abordar su forma y contenido
mediante un nuevo enfoque. A través de la alteración de los materiales
preexistentes y sus papeles variables emergen nuevas e
inesperadas funciones para los viejos materiales. Esta es el área en la
que intervengo actualmente. Por medio de excavaciones meticulosas o
alteraciones sucintas edito o disecciono un objeto comunicativo o un
sistema, como libros, mapas, cintas de casete y otros medios. El papel
del medio se expande. Su contenido es recontextualizado y aparecen
nuevos significados o interpretaciones."
Brian Dettmer, artista y forense
Gracias, Yaku
Let the ‘starchitects’ work all the angles
mil millones, servirá apenas a un puñado de pasajeros de los cercanías y el metro. En los primeros renders, el hall principal siquiera tiene una cafetería. […]
Más en el NYT
Arquitectura alimenticia
Esta semana nos hemos desayunado con
manojos de pintorescos proyectos por doquier. Proyectos que suelen provocar dos
tipos de reacciones: incredulidad –por lo mareante de las cifras- o un tímido
entusiasmo -por el secreto deseo de abandono del lugar que ha quedado al margen
del desarrollo-.
A estas alturas de la película,
España 2007, no parece cuestionable el hecho de que una ciudad o una región
intente situarse en el mundo procurándose inversores, generando trabajo,
industria, gastos, beneficios. Money makes the world go round. A todas luces unas pretensiones lícitas.
Lo que cuesta más obviar es el “producto arquitectónico” con el que pretende
llevarse a cabo.
“Isla Luna”, “El Manhattan de
Cullera”, “Spyland in Los Monegros”, “Marina D’or”. La arquitectura es el nuevo
“rock & roll”, oh yeah. Pero ante semejantes imágenes uno no puede más que
preguntarse quién demonios está detrás. Si lo más personal de uno mismo es su
propio ADN, lo más personal de un arquitecto es su propia obra. Un proyecto
arquitectónico habla de su autor. Y de su promotor. Y de la cultura y la
relación entre ambos.
Estas imágenes no transmiten cultura
alguna. Son cutres, horteras. ¿De verdad no hay una manera más digna de
enfrentarse a lo que supone –de partida- cualquier proyecto: "ilusión"? ¿Esto es
todo a lo que puede aspirarse? ¿Esto es lo que “demanda la sociedad”?.
A menudo
se piensa en los arquitectos como profesionales endogámicos, bohemios ombliguistas que trabajan
26 horas al día y sueñan en formato *.*dwg. Siempre tienen un plano que terminar, un detalle que definir mejor. No hay tiempo para transmitir conocimiento alguno a la sociedad. No hay una cultura arquitectónica básica,
como sí la hay por ejemplo médica. Ante determinados síntomas, sin medicación
mediante, la gente sabe qué actitud adoptar. Ante determinados bodrios la gente no sabe posicionarse, no sabe si lo que tiene delante es bonito, feo, bueno, malo o regular.
Tal vez ese sea el motivo -que la profesión te coma la vida que decía un profesor- por el que hay tan pocos arquitectos en la
escena política -tal vez nada más en las antípodas del espíritu de un
arquitecto-.
Nos merecemos como profesionales estos renders por delegar las decisiones que atañen a la
ARQUITECTURA en manos de gentes cuyo “gusto” arquitectónico no difiere mucho
del gastronómico –me gusta, no me gusta-, que decía Antonio Miranda. Y
siguiendo con él, si el pescado está podrido, juzgar ese hecho como comensal, es combatir la barbarie, la estupidez, la
petulancia, y sobre todo la superstición estética. Y este, apesta.
Cullera Vice
Los próximos casos que resuelvan los Sonny Crockett y Rico Tubbs de turno bien podrían tener como escenario la pequeña localidad valenciana (oh! ¿otra vez hablamos de las originales propuestas urbanisticas para Valencia?) de Cullera. Lo que ahora es un campo de naranjos, cuenta ya con el beneplácito de la Generalitat para levantar casi 5.000 viviendas en altura (de ellas, 1.171 protegidas, un 23%) y distribuidas en treinta y tres rascacielos de 25 alturas más dos torres de 40 pisos al borde del mar.
Esta propuesta, al igual que otras recientes actuaciones, no tiene asegurado ni el suministro de agua ni las carreteras de acceso. Pero ya las pondrá alguien, no sufran. El Ayuntamiento de Cullera no podrá conceder licencias de ocupación de
las viviendas hasta que estén
listos los accesos de agua y viales, lo que podría derivar en la paradoja
de que las casas estuvieran construidas pero las infraestructuras no, con lo
que no podrían ser ocupadas. ¿Les suena este tango?
José Ramón García Antón, ha anunciado su intención de
dar salida al más de centenar de PAIs que se agolpan en esta comunidad,
para tranquilizar a los promotores urbanísticos de la zona, ante el
parón que sufre el sector.