Archive for mayo 2012
Para los amigos de la construcción
Amigos, compañeros, hermanos del metal… queridos todos.
Como hoy es viernes, como están las cosas como están, y como es 25 de mayo y en aras del espíritu “Don’t Panic” del día de la toalla, n+1 sección Coros y Danzas, les deja esta perla inconmensurable de la música folk española que ya la quisiera para si el mismísimo Bob Dylan por su profundo valor social y su jonda raigambre popular.
Para todos aquellos a los que ir a la obra no nos “aburre que te mueres”….
EL PASODOBLE DE LA CONSTRUCCION
E incluso amigos,
¡en versión mp3 para el movil!
Deslumbren a sus clientes. Alucinen a sus promotores. Háganlo sonar en medio de la clase de proyectos y comprueben como a su profesor le da el tabardillo. Pónganlo a toda yesca es clase de organización de obras.
¡Déjenlo sonar en la obra y salgan de allí a hombros!
♪♫ Para el albañil, para su peón, para el ferralla o el encofrador… ♫♪
El Estado de la Cuestión

Nuestras instituciones, listas para la acción. Las escopetas son de corchitos, por si se lo preguntaban.
Para que nos hagamos una idea de lo que hay, breve resumen-estadillo de cuentas del carajal que algunos llaman organización y nosotros llamamos El Ejercito de Pancho Villa.
[Después de tomar Aguas Calientes y arramblar (muy arquitectónicamente, eso si) con toda la botellería de tequila para pronta celebración y posterior resaca, se entiende]
Veamos pues, a que nos referimos en este país cuando decimos «nuestras instituciones». Lean, lean:
¡Tarifing for the pipol!
Hace tiempo, mucho, mucho tiempo, en una galaxia muy lejana en la que ser arquitecto no era considerado “un rollo” ni estaba de moda hacerse repostero (Con seis años de carrera y seguro de responsabilidad civil), en este país las tarifas profesionales estaban intervenidas.
Es decir, había unos honorarios mínimos obligatorios, que se controlaban en los Colegios porque se cobraba, siempre, a través de estos. Todos cobrábamos, en teoría, lo mismo por el mismo trabajo.
La idea era la de garantizar al menos un mínimo común y evitarse dumpings, chanchullos, y mangancias varias. Unas reglas mínimas del juego.
Unas que evitaran, por ejemplo, que hubiera impresentables cobrando la dirección de obra al 20% con el acuerdo tácito con el promotor de no ir a la obra (A molestar, se entiende). O que, al mismo precio, distinguieran entre un mangante que después de 5 años presentando proyectos uno tras otro, con mil informes desfavorables, se entera de que hay una normativa urbanística y un arquitecto que sabe donde tiene la mano izquierda. [Ejemplos reales, amigos]
¿Que paso con aquellas tarifas obligatorias?
Pues que con la llegada del mercado común europeo, se liberalizaron los honorarios.
¿Qué se esperaba, y que pasó realmente? Veamos.
The PFC-Hunger Games
-¿Entonces has visto “The Hunger Games”? ¿No te parece que es como “Battle Royale” pero en easy-listening?
-No, me recordó mucho a mi PFC: 24 tíos jugándose algo muy serio y yendo a sangre para conseguir que les miren lo suyo mientras unos señores se lo toman como un juego.
De la serie: Conversación de arquitectos con un G&T delante
Las carreras técnicas, y la arquitectura hasta que triunfe la moda performance-repostera (Que lo hará) lo sigue siendo, suelen acabar con un hito (O como dirían Les Luthiers, un “jito”) que a todos los efectos, y de forma común, se llama Proyecto Fin de Carrera.
A.K.A: El PFC. Es decir, el “Pefece”.
Concebido, en teoría, como un resumen aplicado a un caso real de lo aprendido a lo largo de la carrera -y que no debería suponer un problema excesivo para quienes han llegado hasta ese punto- como casi todo en esta profesión, y mas en las escuelas que la nutren (O desnutren), la realidad es bien distinta.
Leamos.
Mínimos y Lobbies Mínimos
Si creían que con los recortes que llevamos se habían quedado nuestros magníficamente bien pagados vendeburras (vulgo: Políticos) satisfechos, siéntense cómodos y prepárense el cuerpo, porque se ve que no contentos con meternos la tijera en todo el estado del bienestar, nos la van a meter ahora en casa.
Literalmente.
¿La excusa? Surrealista, como todo lo que en general sale por la boca de la casta gobernante que ha alcanzado un nivel (O más bien una falta de nivel) en la que cree que todo el mundo es o tan idiota o tan demagógico como sus integrantes.
Lean y sorpréndanse: