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Aquí también hay que leer compulsivamente (LFC)

Archive for enero 2014

El COAM ha puesto un banco

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Les prometemos por la bicicleta fulgurante de Bjarke Ingels que no es un titular de El Mundo Today.

Y si, lo han puesto. Uno. No más, que luego nos malacostumbramos y tiene que venir la alcaldesa de currículo blanqueado a poner los bancos antipersonas (esos que no permiten tumbarse, acompañados de -es un poner- esos maceteros a los que sólo siendo un fakir te arrimarías).

El objetivo del banco de marras es, por lo visto, medir las reacciones de los ciudadanos y grabarlas con una cámara web. Aquí le pones a lo que sea “camara web” y ya parece que estamos en lo más moderno.

Vayamos despacio, para comprobar como la muy necesaria implantación de un sistema participativo en los asuntos urbanos lleva camino de convertirse en otro termino banalizado a golpe de estos press releases, tan fulgurantes como inútiles.

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Written by Jose María Echarte

enero 28, 2014 at 12:25

Odas, Panegíricos y Loas

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¡Era la testosterona! ¡Ahora nos lo explicamos!

¡Era la testosterona! ¡Ahora nos lo explicamos!

Leo con cuidado el reciente texto de Vicente Verdú sobre Norman Foster en el País. Digo con cuidado porque este año he cumplido cuarenta y me tengo que empezar a vigilar los excesos con el azúcar.

La excusa –si hiciera falta una- para escribir sobre Norman Foster, es que cumple 50 años de profesión.

Oigan, 50 años es para aplaudirlos. Enhorabuena, Sir Norman, pero –now really– ¿Era necesaria esta almibarina desproporcionada?

Veamos

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Written by Jose María Echarte

enero 20, 2014 at 15:11

El Sacyr Nuestro de Cada Dia

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¿Pediría Gaugin modificado cuando trabajó en el Canal?

¿Pediría Gaugin modificado cuando trabajó en el Canal?

Si tenemos que hacer caso a la leyenda, el edificio de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York (El famoso “Proyecto 23-32”, fundamentalmente de Niemeyer con alguna cosa de Le Corbusier) debía costar en su día 85 millones de dólares. Durante el proceso de construcción la cosa se quedo en 65 millones, es decir, un ahorro de 20 millones.

[Añadan, para la comparativa de esta historia, que el proyecto se encargo a las “archistars” del momento. No, no como ventaja sino como posible inconveniente. Imaginen la misma situación hoy… y no habría presupuesto público capaz de sostener tanto ego enfervorecido (Ni papel couché suficiente para publicarlo)]

Ahorro. En una obra pública (La ONU bien puede considerarse un organismo de carácter estatal, aunque no lo sea en puridad). Eran otros tiempos, claro.

En estos, en los que nos ocupan, los del triunfo del neoliberalismo atroz que se transforma y muta para seguir siendo igual y no desaparecer, el caso suele ser el contrario. Todo cuesta más caro. Mucho más caro. Todo tiene –al menos en España- modificados, que así se llaman los procesos (Los proyectos, concretamente) cuando se parecen mucho a sus originales pero cuestan el doble. O el triple. O más.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Cómo hemos convertido las desviaciones de presupuesto –que siempre han existido, entendidas como una cuestión accidental, pragmática- en el pan y la sal, la base de nuestro sistema de contratación pública y el fundamento económico principal de las empresas constructoras de este país?

Pues, como decía Enrique Pinti, de a poco… y, no se engañen, un poco entre todos.

Veamos.

[Disclaimer: Entiéndase que se habla de grandes corporaciones y estados (Y, en alguna medida, de quienes los gobiernan e implantan en ellos una determinada forma de proceder) y no de las personas individuales que en ellas trabajan. Que se habla de un sistema, su origen y sus resultados o su incapacidad para prever su paso al lado oscuro. Entiéndase que los modificados de obra existen, aparecen en la ley y es lógico que lo hagan, porque a todo el mundo le puede salir un esqueleto de diplodocus en la cimentación. Pero entiéndase a renglón seguido que se no alude a la normalidad lógica que contiene el espíritu de la ley, sino a la distópica que hemos conseguido convertir en normal, cuando jamás debió serlo]

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Written by Jose María Echarte

enero 10, 2014 at 11:42