Archive for the ‘Web/Tecnología’ Category
El Hola y Perez Hilton
Existe de un tiempo a esta parte un debate abierto en algunos de los blogs que leemoss (Y en parte acentuado por cierto articulito de funesto recuerdo publicado en El Pais) sobre medios de comunicación, red y arquitectura, nos encomendamos a Dios (Le Corbusier) y al diablo (Bjarke Ingels) para escribir sobre el tema.
Empecemos por lo mas lúcido sobre los blogs de arquitectura que hemos oído en mucho tiempo. El comentario es del ínclito Iñaki Abalos y no sabemos si es fruto de una opípara comilona, de que el catering del Congreso-cursodeverano estaba pocho, o de un exceso de sinceridad, pero no tiene desperdicio.
Vean, vean… y escuchen, escuchen.
Por donde empezar [Inserte crujido de nudillos aquí]. Lo que Abalos nos viene a decir es que antes la critica se la hacia un amiguete y ahora se la hace cualquiera. Siendo la palabra clave “cualquiera”.
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Hubo un
tiempo, no tan lejano, en que usar un ordenador en una escuela de arquitectura
estaba prohibido.
No poco
recomendado, no desaconsejado. Prohibido.
Y no echen
mucho la vista atrás ni se imaginen a Sir John Soane con el plumín. Yo, que soy
un imberbe jovenzuelo (ahem), no pude usarlo durante gran parte de la carrera.
Recuerdo la
primera vez que alguien oso llevar un plano dibujado con CAD a clase. Con todas
sus inocentes carencias de principiante (Muchas tramas, descontrol de líneas
etc.). Recuerdo que era en Nivel 0, o lo que se llamaba Elementos de
Composición (Menudos elementos, menuda composición).
Eran mis
profesores por aquel entonces Mª José Aranguren y José González Gallegos, o tal
y como los conocíamos “Los Pepes”. No me quejo, fueron buenos profesores.
Sin
embargo, la bronca que le cayó al pobre e ilusionado compañero, que se sentía
millonario en bytes, fue de las que hacen historia, marcan el carácter y te
dejan trauma Freudiano. Y debió dejárnoslo por que a ninguno se nos ocurrió volver
a arrimarnos a un teclado hasta muchos años después.
Todo se
hacia a mano. O si no se hacia a mano, la maquinaria empleada estaba mas
cercana a la polea que al circuito impreso.
Recuerdo
sobre todo los croquis a mano, sobre papel de calco, recuerdo el Diamond, a 70
pesetas el DIN-A0, y el amarillo a dos pesetas, que quedaba muy bien si le metías
color con lápices REXEL CUMBERLAND (carisisimos).
Los croquis
eran toda una aventura, aun guardo algunos con una mezcla de cariño y síndrome
de Diógenes, pegados unos encima de otros, apilados y recortados, manchados de lápiz,
de esquemas, de círculos de café dejados por la taza.
Se convertían
en una especie de historial del proyecto, podías ver cada desvío, cada cambio,
cada opción descartada o aun no rechazada del todo sobre la que una nueva capa
de papel introducía posibles variaciones.