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Aquí también hay que leer compulsivamente (LFC)

Archive for febrero 2008

Arquitectos……….de cine!

with one comment

Como quiera que no deseo que me acusen de ser un criticón, y dado que me voy de puente (ejem), les dejo esto que es algo más ligero de lo normal. Prometo volver a ser yo mismo la semana que viene. No se si les pasa como a mi cuando en una película un personaje es arquitecto. Que tengo un cosquilleo peculiar en la espalda. Siempre es interesante ver que la profesión de uno aparece en el cine, en parte por que resulta curioso ver como se trata algo que conoces tan bien, en parte por ver la imagen que tiene la sociedad de nuestra profesión.Así puestos, tengo una lista, que hará sus delicias:


Gary Cooper en “El manantial”. Un tío hecho y derecho que lo mismo agarra el martillo neumático y se va a una cantera que te hace un rascacielos Miesiano en medio de Chicago. De traca ese final en el que dinamita su propia obra por que los promotores la han convertido en un pastiche Neorromántico. Tu si que sabes Gary.


Wesley Snipes en “Jungle Fever”. El bueno de Wesley acababa teniendo un lío con su secretaria, con revolcón sobre la mesa de planos incluido, propiciado por los horarios intempestivos de esta profesión. No la vean con sus parejas si son de hacer muchos concursos.


Woody Harrelson en “Una proposición indecente”. El pobre Woody no sacaba un proyecto adelante ni empujando. ¿La solución? Irse a las Vegas a apostarse hasta las cejas. O a hacerle un leasing a su santa esposa vía Robert Redford. Muy edificante. Una versión española podría ambientarse en el nuevo y faraónico casino de los Monegros, ahí le dejo esa idea a Javier Bardem.


Tom Selleck en “Tres hombres y un biberón”. Tom era arquitecto, pero parecía ingeniero, la verdad. La casa era muy ochentera eso si. Mucho paves y mucho cartón piedra. El famoso fantasma que aparecía en un fotograma bien podría ser el espíritu de Frank Lloyd Wright, en plan aparición vengativa.


Kimberly Williams era arquitecto(a) en “El padre de la novia” versión renovada-cutre de Steve Martin de la película de Spencer Tracy. Lo dejaba todo para casarse con su marido después de un año de “orgasmus” en Italia, en el que al parecer había estado haciendo maquetas de cúpulas. No se que es peor, si lo antiguo del planteamiento o las cúpulas. Su futurible le regalaba una cafetera, con gran profusión de lloros, tal vez por que se acordaba de esas noches de entrega bañadas en expresso.


Valerie Kaprisky era estudiante de arquitectura en “Breathless”. Tenía la pobre una relación tortuosa con un Richard Gere que era un pintas que venia huyendo de las Vegas (Mucho esta saliendo las Vegas). Si no recuerdo mal, había una coyunda chillada sobre una mesa de dibujo (No lo intenten si las patas son de tijera, advierto). No se que tienen en Hollywood con las mesas, la verdad. Creo recordar que Richard visitaba la clase de la ínclita señorita Kaprisky, que tiraba tinta por el suelo y que se chafaba una maqueta… y es que Richard y la capelina nunca se han llevado bien.


Arquitecto era también el novio de Maria Adanez en “Aquí no hay quien viva”. Solo le vimos arrimarse a la mesa para dibujar comics. Tenia un suegro promotor-recalificador con el que no quería trabajar. (Y un gusto discutible en los cortes de pelo). Vivía alegremente con y de su santa.


Arquitecta es Karen, la ex de Hank Moody (David Duchovny, al que recordaran de perseguir marcianos como agente Mulder) en “Californication”. Liberal, demócrata (De las de Obama, sospecho), un poquito infiel, aficionada a los cigarritos de la risa y con un ex, que a pesar de los pesares le consigue algunos trabajitos bastante apañados. Por lo que se ve le va el rollo sostenible y el estilo súper californiano.


Brian Denehy hacia de arquitecto un poquito torturado y bastante plomo que iba a una expo de Boulle en “El vientre del arquitecto”. Le dolía la tripita al pobre por que pensaba que a su mujer le estaba haciendo el “Project manager” (ustedes ya me entienden) un colega italiano. Estos italianos con sus gafas de moda y sus camisas ajustadas de Gucci (negras) son un peligro, que quieren que les diga. La película, como todas las de Greenaway, capaz de lo mejor y de lo peor. Y de dormir a las ovejas a veces. Aun así, “El contrato del dibujante” le redime de todo mal posterior. Véanla todos los que han hecho análisis de formas, carboncillo en mano.


Hay muchos más y no quiero dejarme ninguno, así que los comentare en otras entregas, si esta les gusta, pero no puedo olvidarme del que mas me ha hecho reír:

Helmut Bataikis era en “Matrix, Reloaded” el personaje conocido por “El Arquitecto”. Si lo piensan un segundo tiene cierta lógica. Era la personificación de un programa de gestión y ya saben que últimamente pululan por ahí una rama de informáticos que se llaman “arquitectos de sistemas” (Otra que le cuelan al Consejo inf… perdón, superior, por toda la escuadra y de vaselina). Sin embargo creo que el motivo principal no era ese. Podría ser por que vestía un tanto pijin, por que jugueteaba mucho con un portaminas, (¿Un cross Quizá?) o por que se parecía a Foster con barba, razones todas ellas mas que validas. Sin embargo tras mucho analizarlo, creo que el motivo principal es que el “arquitecto” se largaba un discurso plúmbeo, neo-intelectualoide, lleno de “ergos” y de “concurrentementes”, vacuo, grandilocuente hasta el exceso y retórico ad nauseam, todo para contarnos algo que con un ejemplo de los de manzanas y peras hubiéramos entendido en tres patadas.


Infalible. Uno reconoce a los de su propia especie.

Written by Jose María Echarte

febrero 27, 2008 at 18:54

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Recuerdos y desacuerdos

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Cuando entré en la escuela, paseábamos entre admirados y curiosos por los larguisimos pasillos donde se exponían los fines de carrera. Recuerdo con claridad que los proyectos eran casi todos “Fullaondistas”. Del modelo “choque de trenes” con alzados muy deconstruidos y plantas que mezclaban un grafismo a-la-Zaha con esquemas Bernard Tschumi Style.


Recuerdo que según avanzaba, parecía dominar cierta tendencia Campista. Cubos, cajas, cubos dentro de cajas, cajas cúbicas, cubos cájicos…. Lo mismo ocurría en otras cátedras, y recuerdo que había una cierta evolución natural… De los “Pepes” (o cualquiera de los profesores de su cátedra, sin catedrático entonces) a Campo, de Campo a Cabrero…


Recuerdo que nos arrodillábamos serviles ante Tadao Ando. Recuerdo una conferencia multitudinaria en el Pabellón León XII, donde, con su publicista al lado, nos contó que su perro se llamaba Le Corbusier (interpreten ustedes).


Recuerdo que hubo, justo después la anterior, una conferencia del bailador de minuetos. Recuerdo que nos enseñaba sus esculturas y luego sus puentes. Acababa de terminar el del alamillo, y ya parecía desproporcionado. Recuerdo que me pareció inconsistente. Me alegra saber que en algo no he cambiado en estos años.


Recuerdo una exposición en la arquería de nuevos ministerios sobre Tadao. El póster era horrible. Las maquetas tremendas. Recuerdo que nos preguntábamos por que narices aparecían tantos huevos y tantas elipses en los proyectos, pero claro, aun no conocíamos a Kazuyo (su primer croquis era un numero doble, delgadito, delgadito) y a Sigeru.


Recuerdo también que un poco después se publico SMLXL. Tengo memoria de que en un principio no lo compro ni el tato. Se notaba la diferencia entre los que lo compramos muy al principio y el resto, por que los nuestros tenían las letras amarillas y los demás naranjas. (qué clasistas éramos, vive dios, que ignorante es la inocencia) (posteriormente algunas ediciones las tienen moradas o incluso azules).


Recuerdo leer “Quien teme al Bauhaus Feroz”. Recuerdo empezar a cuestionarme cosas que hasta entonces bebía como ambrosía de los dioses.


Recuerdo el concurso del Prado. Recuerdo que me gustaba más la propuesta de Matos y Martínez Castillo. Recuerdo que Foster se retiro. También recuerdo el concurso de la fabrica de El Águila, y que fue la primera vez que oí hablar de Tuñón y Mansilla, que luego me darían clase.


Recuerdo una conferencia de Foster, justo antes del concurso de Barajas. Recuerdo que salimos flotantes y ojiplaticos (éramos muy impresionables). Supongo que era más la forma que el fondo. Foster nos traía el King Kong de Peter Jackson, y hasta ahora solo habíamos visto el de Dino de Laurentiis.


Recuerdo una corrección en clase de Campo con Julio Cano Lasso. Recuerdo que me impresiono la persona y el arquitecto. También que estaba Izaskun Chinchilla de alumna.


Recuerdo el Guggenheim en construcción. Recuerdo que hasta entonces Gehry era prácticamente innombrable en la escuela y que nos producía cierta gracia aquella puerta con los prismáticos y un interés relativo su casa de California. Nada que hiciera presagiar lo que vino después.


Recuerdo que hubo una época en que no sabíamos muy bien a que carta quedarnos en la escuela. Perea estuvo de moda. Pero se trabajaba hasta agosto. Soriano podía llegar a ser críptico, pero empezaba a sonar con fuerza gracias a Euskalduna. Abalos y Herreros sonaban a detalles constructivos. Ballesteros era divertido y liberador, lúdico si me permiten, casi como ver “Agarralo como puedas” después de una sesión de cine Irani de 8 horas. También resultaba a veces peligrosamente excesivo. Recuerdo que nos contó que estaba preparando una revista y que se iba a llamar “Pasajes”. Si no recuerdo mal, no le gustaba mucho el nombre.


Recuerdo que mi primer proyecto a ordenador fue el fin de carrera. Recuerdo que quedarse sin 0,1’s (cerounos) la noche antes de la entrega era un drama. Recuerdo las aguadas, la tinta sepia, los rayadores y el eterno cangrejo Leroy (que ahora se vende como objeto de colección). Recuerdo la papeleria Sancer y la reprogafia Faster (que no hacia honor a su nombre…)


Recuerdo que muy al final, se empezaba a hablar del “proceso”. Se empezaban a ver planos llenos de esquemitas.


Recuerdo que mi tutor de PFC fue Álvaro Soto. Recuerdo que ha sido de mis mejores profesores, y que aprendí cosas que aun hoy forman parte de lo que hago, o mejor, de cómo lo hago. Recuerdo que entregue el primero de mi convocatoria, cosa que no queria, porque me equivoque de hora.


Recuerdo estar la mañana que salian las listas de PFC tumbado en el cesped del Museo de Arte Contemporaneo (hoy del traje), viendo a unas bailarinas con tutú hacer barra, mientras esperabamos bebiendo unas cervezas y fumando nerviosamente. Recuerdo que la situacion era como de pelicula de David Lynch, epoca "Blue velvet".


Recuerdo aprobar.


Cuando he vuelto después a la escuela, he visto los fines de carrera como hacia con 18 años. Ya no hay choques de trenes. Pero hay blobs, y nurbs, y torres con la cabeza inclinada y proyectos viruta y espagueti y procesos. Y quizá todo es cíclico y nada es verdad ni mentira, y quizá alguien mas joven que yo pueda enlazar aquí y recordar también.

Written by Jose María Echarte

febrero 21, 2008 at 10:21

Plano de un parque de atracciones

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Me recuerda a un dibujante (¿arquitecto?), a los croquis de alguien, pero no caigo. Me recuerda a un ejercicio de primer año en la Escuela, en el que había que representar todo el tejido de la ciudad mediante distintos tipos de lineas.

Fairground_plan

De todos modos es llamativa la forma de representar la ubicación de las atracciones en el plano y más aún la leyenda de la derecha.

Via Threads Through Sheffield

Written by María

febrero 19, 2008 at 15:27

Concursis Surrealis

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He visto en mi vida concursos raros, bases kafkianas y peticiones de un surrealismo rayano en patologías control-freak. Sabrán ustedes de lo que hablo, desde concursos en los que se nos pide haber firmado un final de obra de un proyecto con el mismo numero de viviendas que tiene aquel por el que queremos concursar, sin tener en cuenta específicamente como eran esas viviendas (que viene a ser como que para operarte a corazón abierto te busques a un tío que haya operado a mucha gente, aunque te venga Dexter con la bata verde), a aquellos otros en los que la exigencia pasa por el “simple hecho” de haber construido en los últimos tres años 2 edificios de los de a 3E6€ cada uno, que, como todos sabemos, es algo muy común que hacemos todos los meses un par de veces.


Y no  crean que esto es todo, que como decía Porky, no se vayan todavía que aun hay más (tengo que mirarme esta asociación de ideas). Originario de Andalucía, y exportado con fruición a otros territorios de la península celtibérica está el maravillosos concurso de doble vía. La doble vía tiene ciertas connotaciones porno-festivaleras, por no decir que es de una perversión tan sutil como un yunque. Consiste la cosa en que puedes presentarte por currículo o por propuesta (los paneles “detodalavida”). Esta claro que dado como se esta poniendo el patio, por currículo muchos no podemos ni asomarnos, en parte por que somos mas jóvenes y no nos ha dado literalmente tiempo, hecho este que como es popularmente conocido, es de un perverso que asusta. Quien te manda ser joven.


Siempre he pensado que la edad no era algo obtenido por ser mejor o peor que nadie, ni más aplicado ni menos, ni más listo ni más tonto. Era simplemente el transcurrir de los años y no un mérito. Sobre todo cuando lo que se valora es una propuesta concreta y no un premio a la carrera. Pero se ve que no. Si te presentas por la vía trabajo, con una propuesta, tienes la abrumadora desventaja de que en la mayoría de los casos tus ideas, las ve todo quisque antes de pasar a la segunda fase en la que te bates de nuevo el cobre con el personal que salga de las dos vías. Al menos eso si, te pagan, pero sospecho que en muchos casos no llegaras ni a cubrir costes.


O sea, que tienes que ganar un concurso, para que te dejen presentarte a otro concurso, dentro del mismo concurso (repítanlo tres veces seguidas rápidamente si se sienten capaces) y además tu trabajo lo verán aquellos con los que tendrás que enfrentarte y que han llegado hasta ahí con mucho menos esfuerzo. Fantabuloso. No soy muy futbolero, pero esto es como el pozo de la tercera. Donde tienes que ganar una liga para luego ganar una liguilla. La definición de pozo es más que acertada. En ambos casos salir de ahí es misión de audaces, ni MacGyver con un Autocad oigan.


Pareciera que la administración quisiera asegurarse de que las cosas se van a hacer bien (repriman la risa unos segundos), de que siempre van a tener una opción pata negra de curtida experiencia a la que recurrir. No tengo que recordarles la mala memoria de nuestras administraciones a este respecto, siendo como es que las concesiones digitales a arquitectos de los de publicista en astillero, adarga antigua y currículo corredor, no solo cuestan  bastante mas de lo presupuestado, sino que además se pueden usar como piscina municipal, llegado el caso.


Los concursos son la mejor manera que la administración tiene para desarrollar infraestructuras, equipamientos, edificios y prácticamente todo aquello que contrata. La mejor de las peores como diría Churchill, pero hasta que nadie invente algo más justo, deberían emplearla con lógica y con decencia. Los arquitectos en España son malos, le decían a Cano Lasso. Los clientes [los concursos, parafraseo yo] son peores, respondía el arquitecto madrileño. Para que el resultado sea bueno los concursos deben ser buenos. Libres. Las bases deben ser buenas. Justas. Técnicamente Lógicas. Valoren el trabajo, valoren aquello que van a recibir. Valoren la propuesta. Pidan con inteligencia. Miren más allá de los cuatro añitos de su legislatura (me parece oir la musica de Mission: Impossible).


No hay profesión mas dispuesta a trabajar gratis que la nuestra. A ofrecer sus ideas en una competición limpia. A veces incluso pagando una inscripción, [60 € he llegado a pagar por que me dejaran participar en un concurso, rondándome la cabeza mientras lo hacia una frase en la aparecen las palabras “poner”, “cama” y “además”]


Sé que hay iniciativas por parte de algunos colegios para que los concursos respeten un mínimo. Aunque esto sea encomiable, que lo es y mucho, no es el mínimo lo que me preocupa. Deberíamos esperar el máximo. Siempre. En cada ocasión. Deberían impugnarse todos aquellos concursos que piden, por ejemplo, una piscina municipal por vía de urgencia en 8 días, por que, o bien “alguien” la tiene ya hecha y algo huele a podrido en Dinamarca, o bien es que a la administración local le importa únicamente hacerse la foto, y merecerian que los ahogaran en una naumaquia celebrada en su misma piscina de ocho días para regocijo y jolgorio general, gladiador-style. Por otra parte, ¿donde esta la “urgencia”?, ¿hay una cola de niños y mayores con la toalla a la cintura en la puerta del ayuntamiento? El Consejo Superior podría dedicarse a esto, (si no estuviera ocupado en mandarme cartitas en papel canson, vendiéndome la moto, cuando lo que yo quería en principio, era un coche).


En seis propuestas para el próximo milenio, Italo Calvino recuerda una historia sobre Chiang Tzu, que dibujó un cangrejo perfecto tardando diez años para hacerlo. Tampoco pido tanto, pero al menos no le dieron ocho días. Igual le habría salido una quisquilla.

Written by Jose María Echarte

febrero 15, 2008 at 11:52

Un pequeño minueto

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Los arquitectos austriacos rechazan la designación a dedo de Calatrava para construir en Viena

El ayuntamiento planea presentar los proyectos como obras de arte para eludir el concurso público

La Cámara de Arquitectos de Austria criticó los planes del Ayuntamiento de Viena de encargar directamente al arquitecto español Santiago Calatrava uno o dos proyectos en la capital austríaca.

Ese plan «podría equipararse a un llamamiento para violar la ley y tener además carácter de precedente. Es inaceptable para el cuerpo de arquitectos», señaló en un comunicado Andreas Gobiet, presidente de la Cámara para los Estados federados de Viena, Baja Austria y Burgenland. El diario vienés Der Standard informó el pasado sábado de los planes para encargar a Calatrava un puente peatonal sobre una calle de mucho tráfico de la capital, o una nueva estación de trenes, o incluso que era posible que el arquitecto español diseñara ambos proyectos, que serían presentados como obras de arte, lo que facilitaría el procedimiento para otorgarle el encargo.

La arquitectura no es sólo arte
En declaraciones al rotativo, el edil de planificación urbana de la capital austríaca, Rudolf Schicker, explicó que el puente peatonal se convertiría «en un emblema importante para Viena, una especie de entrada a la ciudad para los que llegan desde el sur». Schicker añadió que «todo está ya preparado» y que calculaba que la construcción llevaría dos años. Por su parte, Calatrava señaló que «un pequeño puente en Viena, es como un pequeño minueto» (sic).

Frente a ello, Gobiet recordó hoy que los encargos arquitectónicos de la ciudad deben decidirse mediante una licitación y no directamente, y rechazó que sea correcto recurrir al término «obra de arte» para evadir este requisito. La arquitectura siempre es «arte de construcción» y no puede reducirse a «un proyecto artístico», sostuvo el representante de los arquitectos austríacos. En la nota, la Cámara exige «un proceso de acuerdo a la ley» para decidir el autor de los proyectos planificados.

Vía

Written by María

febrero 14, 2008 at 17:24

Madrid circa 1661

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Durante
siglos, los artistas habían querido que se estimara la condición liberal de su
trabajo; los músicos, al menos los teóricos, no tuvieron ese problema por la
integración de la música en el quadrivium. Cuando Gutiérrez de los Ríos escribe
que las artes de del dibujo “no son mecánicas ni entran en el número de
comunidades de oficios, ni se deben mezclar con ellos”1 o cuando
Torija afirma que “la Arquitectura es ciencia”2, está clara la
intención de poner de manifiesto el carácter intelectual de la profesión de
arquitecto.


1. GUTIERREZ DE LOS RIOS, G. Noticia general para la estimación de las artes y de la manera en que se conocen las liberales de las que son mecánicas y serviles, Madrid, 1600, pág. 116
      
2. DE
TORIJA, Juan. Breve tratado de todo género
de Bóvedas,
Madrid, 1661, pág. 1


La cita es
de LEÓN TELLO, Francisco José, Arquitectura
y Matemáticas según los tratados españoles del siglo XVIII. Implicaciones
sociológicas.
Anales del Seminario de Metafísica. Núm. Extra. Homenaje a S.
Rábade. Ed. Complutense, 1992.

Written by María

febrero 14, 2008 at 9:23

Actualicen sus feeds, gracias!

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Por fin, una URL más cortita:

 

www.nmas1.net

 

Written by María

febrero 13, 2008 at 16:59

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Mamá, [NO] quiero ser artista

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En la última edición de la Revista Elle, aparecen bastantes artículos dedicados a la arquitectura. O al menos a lo que la revista Elle entiende que es arquitectura. No se escandalicen, Cosmopolitan y Elle son revistas de arquitectura de vez en cuando (de “qué” arquitectura ya es otra cuestión) y les aseguro que tienen infinitamente más tirada que AV, El Hola… perdón El Croquis, y Metalocus. Por otra parte, el Cosmo predijo la llegada de la arquitectura Rock’n’roll antes de que se convirtiera en el cadáver perfumado que es hoy, y ahora predica con saña la nueva sostenibilidad, lo que nos da una idea de las profundas convicciones de su línea editorial y de que de todo puede hacerse una camiseta trendy.


En fin, a lo que íbamos. En el ultimo número aparecen Javier Pioz, de nuevo con su torre biónica, (y van…) que no entiendo como en estos tiempos de islas que parecen una piña colada y torres que son como un torso que gira (aquí un descanso para salir fuera a tomar el aire, fumar un cigarrito y sollozar por esta profesión), no se la han construido aún. Lo curioso de Elle es que, junto al architectural-show de Pioz, aparece una entrevista en profundidad con Enric Ruiz Geli, uno de los nuevos valores de la arquitectura española.


Enric esta muy propio, accesible, sostenible, de negro, hasta ahí nada que objetar realmente. Es interesante comprobar qué le interesa a una revista de difusión general, fuera del endogámico y encharcado mundo de las publicaciones de arquitectura al uso, “por y para” arquitectos. Sin embargo, en un momento dado, y después de una entrevista por lo demás lógica y bastante razonable, con grandes alusiones a la tecnología y la sostenibilidad, dos perlas empañan la imagen de hombre racional, sostenible y comprometido que nos empezábamos a hacer de Enric:

“Queríamos que esta disciplina [la arquitectura] saliera del ministerio de fomento y se acercase mas al de Cultura, que es donde debe estar. La arquitectura debe convivir con la industria cultural y no con la del ladrillo.”

“la arquitectura debe estar situada junta a la industria del arte y la cultura y no posicionarse junta a la del ladrillo.” [titular lateral] (Sospecho que manufacturado por la/el redactor/a del Elle)

Ya salió el ladrillo, el pobre, que lleva acumuladas más penas que la Zarzamora, llora que llora. La frase, después de una entrevista en la que se defiende la técnica, la sostenibilidad y la tecnología, me parece de un peligro supremo y un craso error. Primeramente por que si salgo del ministerio de fomento (o del de vivienda, donde no debe haber mucha gente, mas allá de Carlos Hernández Pezzi, genuflexo él) a donde quiero ir es a ciencia y tecnología y no a cultura. Ir a cultura significa aceptar ir hacia la vena artística, horrorosa clasificación a la que debemos hoy en día muchos de nuestros males, sino todos, como profesión.


Cuando nos quejamos de que los ingenieros nos ganan terreno día a día, lloramos por las esquinas porque la adaptación al proceso de Bolonia nos va a dejar el cuerpo (educativo, se entiende) de jota, bien, ahí lo tienen, al menos ellos no han renunciado nunca a ser lo que son. Técnicos. Expertos en una materia técnica, compleja, y que no es una fiesta del cultureo en la que las decisiones son tan baladí como aquellos que las toman.


¿Somos algo más los arquitectos?, es indudable que tenemos otros intereses, sí, pero aún así no seré yo quien me defina como artista y menos como persona de la cultura. Antonio Miranda repite siempre una magnifica frase “bella como una maquina para la guerra”, en la que nada sobra y a la que nada hay que añadir. Recuerdo aun otra de Federico García Lorca, “Soy poeta por la gracia de Dios, del Diablo y sobre todo, de la técnica”.


La arquitectura es una industria extraña, produce bienes que pueden aspirar a ser beneficiosos para aquellos que los han de usar, y que, si se hace bien y se es un buen profesional (y si las circunstancias acompañan), resultara tan bella como perfecta sea en si misma. Será tan obra de arte como lo es, en cierta medida, un Volskwagen Beetle, o, siguiendo a Antonio Miranda, un Kalashnikov. Nada mas se le puede pedir y el hecho de que se considere arte, no es un favor, antes al contrario representa para mi una peligrosa forma de banalizar un oficio (recuerden lo que esta palabra implica) técnico, en el que las decisiones no responden a caprichos ni a ideas felices. O al menos no deberían.


En "El Imperio Contraataca" Luke le pregunta a Yoda si el reverso tenebroso es mas fuerte. “No, no”, responde Yoda “Más rápido. Más fácil. Más seductor”. Pues aplíquense el cuento, el reverso tenebroso esta ahí, el camino empedrado de cultura, iluminado de arte. Y si no, siempre podemos comprarnos un casco negro como Darth Vader…. y como Jean Nouvel.

Written by Jose María Echarte

febrero 11, 2008 at 13:13

En las esquinas

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Hola a todos. Como lo primero es lo primero, antes que nada:

Gracias a Maria por invitarme a colaborar aquí, espero ser lo suficientemente impertinente y lo suficientemente interesante para estar a la altura de la invitadora y de n+1.


No es fácil hablar de uno mismo, a menos que se sea director de escuela, presidente del consejo de arquitectos o ganador de concursos de los de doble vía, preferentemente. Así que les diré que me llamo Jose Mª Echarte, que soy arquitecto, que estudie en la ETSAM cuando la cafetería era más pequeña y estaba en el sótano y que viví el cambio a cafetería modernilla, lo que hace que este entre los 30 y los 40, mayor para algunos concursos y joven para Europan (Aun queda tiempo…).


He trabajado para la administración, en la administración, con la administración, desde la administración, según la administración… y prácticamente todas las preposiciones que se les ocurran, incluidas tras y sin. Vivo en Bisbalopolis, antigua Almería, donde las cosas suceden en las esquinas, al caer la tarde. Y así un poco he vivido la vida y esta profesión.


Como decía Juan Belmonte, “se torea como se es”. Supongo que es cierto. Espero que disfruten. Y de nuevo, gracias.

 

Written by Jose María Echarte

febrero 11, 2008 at 12:39

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Geografía artificial

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Cuando en una sociedad próspera no existe distinción entre el lujo y la necesidad, y la experiencia adquirida en distintas áreas de conocimiento se combinan con ciencias complejas, estamos inmersos en un proceso de metarracionalismo.

Tenoch

Esta teoría, desarrollada por el economista James Galbraith está presente en todos los proyectos que apuestan actualmente por ganarle terreno al mar. Nada novedoso a priori, ya que las islas artificiales suponen una vuelta a tipologías tan antiguas como los crannogs del Neolítico o el Nan Madol micronesio. Defensivos unos, rituales otros, y ambos exhibición de poder. Los aztecas también fundaron Tenochtitlán sobre un grupo de islas en el siglo XIV (en la imagen). Japón recurrió a ellas en el XVII para paliar su falta de suelo y en el XIX para protegerse de ataques vía marítima (Odaiba) y a finales del XX fueron las soluciones más costosas de la historia al convertirse en la ubicación idónea de nuevos aeropuertos por todo mundo. Sin embargo las necesidades -y los necesitados- que impulsan las nuevas propuestas obedecen a motivos muy diferentes.

Vicente Guallart en el DMAA define las ciudades-isla como la reacción activa ante una megaciudad formada o en proceso de formación. Dubai y Abu Dhabi son dos ejemplos de ello. Los Emiratos Árabes, conscientes del fin del petrodólar, llevan tiempo diversificando sus fuentes de inversión. El turismo cultural de gran lujo, objetivo principal, modifica velozmente sus skylines con hoteles de siete estrellas y franquicias de todos los grandes museos (Louvre TM y Guggenheim TM).

El metarracionalista, en el deseo de perpetuarse en la exclusividad, practica sus actividades favoritas -consumir y elevar a la categoría de galerías de arte los sanctasanctórum de las grandes marcas del mundo capitalista-, en complejos turísticos como Palm Islands, o The World. Las cifras del primero marean: 1.200 € millones, 80 millones de metros cúbicos de tierra dragados, 520 km de playas, 10.000 viviendas, 60 hoteles y centenares de edificios culturales, todo ello joyas de un collar –en palabras de Gehry- que los políticos locales desean y tendrán a bien engarzar. Las del segundo no tienen nada que envidiar, sobre todo en lo que a precios se refiere (entre 15 y 45 millones de $), aunque eso no ha impedido que ya se hayan vendido un 94% de las 300 islas del peculiar mapamundi, una suerte de miniciudades privadas.

Sin embargo, aunque estos ejemplos pudieran parecer un occidentalizante modelo de colonización ideológica –más sutil que una guerra– cada día aparecen propuestas más lejos de allí, promovidas por ciudades sin dirección, sin capacidad de renovación (que también menciona Guallart) y cuyos autores, no pudiendo apropiarse del discurso del Pérsico, recurren a originales piruetas dialécticas para justificar su razón de ser. Resulta difícil admitir que Isla Luna (Valencia) le gane 2 millones de metros cuadrados al mar –con un coste de 5.000 € millones- para construir vivienda protegida -entre otros equipamientos- cuando las características principales de estos complejos son el ombliguismo, la privacidad y la ausencia de espacios públicos.

Isla_luna

Algo menos jocoso es el argumento de Isla Tulipan (14.000 $ millones), frente a la costa holandesa, que se dedicaría principalmente a la agricultura, aunque Joop Atsma, político local y su mayor defensor, se pregunte en el parlamento si no sería fantástico que se reconociera a Holanda desde el cielo viendo un tulipán (sic). A pesar de que se han considerado aspectos como su autosuficiencia energética, el hecho de que proteja a la costa de los envites del mar del Norte, y que resuelva los problemas de suelo que acentuará el cambio climático –poblándola a largo plazo con unas 200.000 personas-, no cuenta con el beneplácito de los ecologistas, que además de considerarlo un despilfarro, preven consecuencias graves para el ecosistema.

Pero la metáfora mas atrevida, por lo simple, es Panamarina Pacific (2.500 $ millones, 4 millones de metros cuadrados) que, de la mano de un consorcio español, pretende construir en la costa pacífica de Panamá una isla con la forma de la bandera del país. Ledoux al menos tenía gracia. A rebufo de éstos proyectos y al calor de los Juegos Olímpicos de invierno de 2014 hace pocos días ha aparecido en los medios la última bufonada, un miniarchipiélago de 10 islas que recreará el mapa de Rusia frente a la isla de Sochi y que servirá de alojamiento a los deportistas.

El fin de una era

Aunque formalmente estos proyectos responden a metáforas naïf y sus costes se sitúan en las antípodas de la sostenibilidad, cuentan con el mecenazgo de las castas dueñas del petróleo y el empuje de empresas especializadas en este tipo de construcciones como Nakhell o Van Oord que han desarrollado costosísimas tecnologías que pretenden seguir
explotando.

Otros factores como la desaceleración experimentada por el sector de la construcción en España está llevando a muchos profesionales a abrir oficinas en países con economías emergentes como China o los Emiratos Árabes, aunque la inercia especuladora –y los beneficios obtenidos por las constructoras en los últimos años- permiten diversificar estas localizaciones, siendo bastante habitual encontrar promotores españoles en Centro América, Brasil o Europa del Este.

Cada vez son más las voces que apuntan al fin de una era, la de la arquitectura(urbanismo)-espectáculo, la mediática, y estas imágenes no son más que los últimos coletazos antes de dar el paso definitivo hacia la arquitectura sostenible.

Cuanto antes, mejor: los cartógrafos son rápidos pero mi cerebro no tanto.

Esta entrada se publica simultáneamente en soitu.es

Written by María

febrero 8, 2008 at 15:09