Archive for mayo 2014
Chaquetas y Verdades
Se pregunta mucho últimamente por las causas, las reales, de la promulgación de la #LSCP. Lo pidieron los decanos andaluces y el CACOA y apareció ayer en una charla informativa en streaming desde el COADE (A cuyo decano pregunte equivocadamente, es que como decía aquel, se me pone un muro aquí y con tanta sigla confundo ya COAs, Consejos y demarcaciones).
Magro intento este de búsqueda de la sinceridad en un entorno, el político, del que esta anda bastante desaparecida. Pongamos un ejemplo al que llamaremos:
El Sorprendente Caso en que una Diputada del PP se Puso en Contra de la LSCP.
Sigamos para bingo:
ENCIERROS
Los Decanos de los COA andaluces se encierran en la sede del COAM.
Vayan unas consideraciones:
Algo hemos hecho muy, pero que muy mal, cuando en la época de internet, las redes sociales, la auto edición, los vídeos virales etc… hay que llegar a esto para que los arquitectos se enteren de lo que esta pasando (Motivo principal expuesto por el valedor primero de la idea y antiguo secretario del CSCAE).
Dicho esto, animo. A estas alturas nos parece valida cualquier iniciativa que sirva para remover a la profesión. Si siguen ustedes ahí el fin de semana prometemos visita.
[Repetimos, nuestra postura siempre ha sido la de la estrategia en dos frentes. Uno que negocia (Legalmente establecido para ello) y otro que menea el asunto]
Sin embargo, hablábamos el otro día de que, por mucho que cambiemos de piloto, poner a alguien a correr las 24 horas de Indianápolis en un Panda -especialmente si los demás llevan un Ferrari- es receta garantizada de fracaso (Por mucho que el piloto fuera el mismísimo Keke Rosberg). Confirmando la teoría, el COAlmeria enviaba hoy carta del CSCAE respondiendo a la iniciativa de los COA Andaluces y el CACOA en la que se afirma que una mayoría de consejeros rechaza la propuesta del encierro. Los consejeros son decanos todos (Salvo los andaluces, que tienen como representante al presidente del CACOA).
Sin entrar en las razones que cada cual tenga, cada día estoy más convencido de que (En los grandes asuntos, no en la gestión del día a día, que es otra cosa) esto ya no da más de si, institucionalmente hablando.
El carajal institucional que padecemos parece el ejército de Pancho Villa, después de tomar al asalto la destilería de José Cuervo. Desorganizado, descoordinado, peleado internamente, escindido en facciones vaya usted a saber por qué (No será por lo mucho que nos enteramos los colegiados de lo que pasa, de si hay o no hay mesas o grupos de trabajo, de si se acuerda esto o lo de más allá…. Etc.)
Existe un déficit democrático en este país… y parecemos empeñados en heredarlo nosotros, con todas las -funestas- consecuencias. La desinformación es una pescadilla que se muerde la cola –comentábamos el otro día en un animado debate en la presentación de candidaturas del COACYLE- : genera desafección. Desapego. Individuos blasé, completamente ajenos a aquello que debería importarles, hastiados y adormecidos en una mezcla de indiferencia y fatalismo generado por la escasa apertura participativa.
No perdamos esto último de vista. Porque esto se esta convirtiendo en una pelea personalista (De la que en este momento no entramos en los motivos ni en los bandos, que los hay) de la que, si no profundizamos, vamos a sacar poco en claro.
Dicho lo cual, enciérrense. Y ya que están en ello, tomen ejemplo de FETSAC, de la Semana Cultural de la ETSAS, o de los chicos de la Asociación de Alumnos de Arquitectura de la URJC, que con una buena dosis de desparpajo y humor… y sin cogérsela tanto con papel de fumar, están haciendo lo que deberíamos haber estado haciendo sus mayores hace ya año y medio.
El Seat Panda de mi Madre
Durante muchos años tuve un SEAT Panda (Modelo Black, por más señas). Fue primero de mi madre, lo tuve yo y lo tuvo mi hermano. Quizá son ustedes de otra generación, pero para que se hagan idea de cómo era el coche, el dicho popular de aquellos años era: “Tener menos detalles que el salpicadero de un Panda”.
Pero oigan, lo que duro el coche. Ya les digo, fue lo primero que condujimos mi madre, allá por los 80, yo, en los 90 y mi hermano ya más cerca de los 2000.
Sin embargo, pese al cierto cariño que uno acaba teniendo por los objetos que forman parte de su vida (Y en los que esta a veces tiene lugar), y pese a que no podía negarse el buen servicio que “la lata” había dado… llego el momento de cambiarlo. No daba más de si. En las cuestas poco menos que había que bajarse y empujar, y el arranque sonaba ya a gato metido en un cubo de agua.
Y no, no se trataba de que los conductores fuéramos buenos o malos (Aunque eso ayuda y mis habilidades al volante no son las de Keke Rosberg), se trataba de una cuestión de obsolescencia (Esta si, real y no programada) que lo hacia inadaptable a nuevas circunstancias y situaciones.
¿Por qué les cuento esto? Se preguntaran. Ayer estuvimos en la Semana Cultural de la ETSAS 2014, como parte de una mesa redonda sobre la #LSCP (Gracias a Delegación de Alumnos por la invitación). La mesa dio para mucho, y no tengo por costumbre escribir sobre las cosas a las que voy porque entiendo que al formar parte de ellas mi visión puede ser sesgada, sin embargo, creo importante destacar una cuestión tangencial que me parece fundamental en estos tiempos en que la reflexión va siendo cada vez más necesaria.
Veamos cual.
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El Goya de la Arquitectura
A Frank Gehry le acaban de dar el premio Príncipe de Asturias. Curiosamente el de las ARTES, lo que en el caso de Frank no acaba de estar mal del todo dado que a lo que se ha dedicado Gehry desde que se convirtió en Gehry TM y © es a la artistizacion de la arquitectura y a la venta de su firma.
Dicho esto, afirmamos con toda seriedad que NOS IMPORTA POCO. O en cheli, NOS IMPORTA UN HIGO. En serio ¿Alguien le da algún valor al premio Príncipe de Asturias?
Empecemos por lo evidente: NO ES un premio a la excelencia. De serlo, Michael Schumacher lo hubiera recibido mucho antes que Fernando Alonso (2007 el primero, 2005 el segundo).
Por la misma vía no lo tendría Rafa Nadal (por bien que nos caiga el muchacho) y lo tendría Pete Sampras.
Si nos vamos a la cosa arquitectónica, los premios que llevan el nombre de “nuestrohijoFelipe” (Ese chaval tan, pero tan preparado, que lo tienen chupando banquillo a la provecta edad de 46 tacos), se empezaron a entregar en 1981. Alejandro de la Sota murió en el 94 sin recibirlo, siendo como es (Nos guste más o menos su obra) un referente sin el que no pondría explicarse mucha de la arquitectura Española de el siglo XX y –más aun- un maestro para algunos premiados posteriores.