Archive for the ‘arquitectura-espectáculo’ Category
Real Work.

San Precario. Patrón de los precarios de la tierra.
El caso de Ishigami en el Serpentine Pavilion del que hablamos hace poco ha tenido un giro inesperado.
En parte, la situación que veremos a continuación empezó con el anuncio del promotor de la campaña #Archislavery, Adam Nathaniel Furman (Thank you!), de que poseía informaciones similares sobre otros arquitectos. Entre ellos, Alejandro Aravena y su estudio Elemental.
No es algo novedoso para quien esto escribe. Hace años que publicamos los correos obtenidos por Masters Of Concrete y el modus operandi de lo que el estudio llamaba “internship positions” estaba en su página web a la vista de todos.
Sin embargo, hoy despertábamos con la noticia en Dezeen de que Elemental ha decidido terminar con esas “internship positions” que en realidad son “unpaid interhsip positions” y en nuestro análisis son trabajadores sin sueldo (veremos porque).
Podríamos alegrarnos, y haríamos mal. El comunicado enviado por Elemental a Dezeen apesta a victimismo. A no creer que han hecho algo cuestionable en absoluto. Incluso, y he aquí lo interesante, el comunicado ofrece una imagen mucho peor que la que ya conocíamos. Mientras tanto Aravena sigue siendo un laureado del Pritzker y de la Medalla del RIBA.
Empecemos por el principio.
Big Boys

Agudeza visual. Encuentre a la única mujer.
El engaño de la nueva economía –entendida como la careta amable del capitalismo más ultraliberal y más antisocial- es el de ocultar que, en un modelo capitalista, la existencia de un conflicto permanente entre trabajadores y empleadores es inevitable.
El término conflicto no implica necesariamente otra cosa que la asunción de que los objetivos de ambas partes pueden no llegar a coincidir (no lo hacen en muchos casos) lo que obliga a una negociación constante que se enmarca en la existencia de unos derechos laborales y sociales cuya conservación (y su aumento) debe ser prioritaria para los trabajadores.
En otras palabras, un trabajador no puede, y no debe, renunciar jamás a conservar sus derechos y debe, siempre que pueda, intentar mejorarlos.
En los últimos tiempos dos cuestiones amenazan esta sencilla –por lógica- hipótesis de partida. Ambos perversamente relacionados.
Veamos cuales.
Arquitectas Brillantes

Tweet del Chicago Tribune. El original aparece tachado y manipulado para reflejar la realidad.
En la representación mediática de las olimpiadas de este verano tuvimos una buena muestra de machismo y patriarcado del más alto nivel. La tiradora olímpica y medalla de oro Corey Cogdell se convirtió para el Chicago Tribune en “La mujer de un línea de los Bears” (en la imagen), ese panfleto insufrible que es Marca se dedicaba a hacer bromas sobre la constitución física de Teresa Almeida, portera de balonmano de Angola, a destacar el, perdónenme la claridad, culo de Winnifer Fernández antes que sus méritos deportivos en el equipo de volley de Republica Dominicana o a hacer denigrantes y rancios juegos visuales con los encuadres de la fotos de Mireia Belmonte, nadadora española y oro olímpico. [A este respecto, les recomiendo el artículo de Lidia infante en Locas del Coño, donde junto a estos hay otros sangrantes ejemplos y el podcast de Bitchmedia: Popaganda, dirigido por Sarah Mirk, sobre mujeres en las olimpiadas]
Añadan es estas lindezas las constantes preguntas sobre si tenían o no novio, sobre sus vidas personales, sobre lo que se ponían o se dejaban de poner o sobre infinidad de temas absurdos en ese contexto y que jamás se plantearían a atletas masculinos.
No se sorprendan, pero en el campo de la arquitectura estamos, lamentablemente, a la par; incluso cuando quienes emplean este paternalismo rancio y machista dicen pretender -ah, la ironía- justo lo contrario. Es el caso del terrible artículo que Yo Donna (la filial de ElMundo destinada, o eso dicen, a la mujer) nos presentaba el viernes 18 de noviembre a las 20:08 en su edición digital.
Terrible. Sin medias tintas. No puede calificarse de otra manera un artículo que bajo el título “Diez arquitectas brillantes que han alcanzado la cima” comienza con la siguiente frase:

Imagen del artículo, capturada el 19-11-2016
La tónica se mantiene a lo largo de todo el artículo. A las arquitectas se las presenta siempre a través de sus asociados -hombres- o, lo que es peor, a través de sus parejas -masculinas- o maridos –aspecto este que debería ser absolutamente indiferente cuando de lo que se trata es de una labor profesional que, cierto es, puede ser de equipo-. A dos de ellas en concreto a través de Enric Miralles que las precede y las introduce como recurso en el cuerpo de un texto que empieza mal y, como vemos, va a peor línea tras línea.
Continuemos…
Hay un Arquitecto en Gran Hermano
Pues ya he visto al arquitecto de gran hermano 17. El viernes ardía mi taimlain de tuiter con la noticia y no había podido descubrir por qué hasta hoy.
En la parte televisivo-petarda les diré que cumple todas las expectativas e incluso las supera. Tiene un poco colleja. Vamos, un poco mucho. Es de esos que se comprarían los Airpods. Dos pares. De los que llevan una alforja de Louis Vuitton en bici vintage, diseñan camisetas, visten apretado y con muchos botones abiertos y tienen pinta de ser un vikingo que ha viajado en el tiempo y ha aterrizado en plan Terminator en la calle Fuencarral.
Más allá del hecho de que esto nos va a dar muchas noches gloriosas en tuiter (quedan emplazados) hay algo interesante y analizable sobre cómo funciona la percepción de la profesión de sí misma. El hecho de que la visión establecida de un arquitecto sea la de un profesional liberal, su propio jefe, dueño de un estudio… contrasta con el habitante medio de la granja de hormigas que regenta Telecinco desde hace 17 temporadas.
Ser Más Arquitecto

Nuestra tarea, según P. Schumacher.
Podrían ustedes, con razón, alegar que el título de este artículo no tiene mucho sentido. Ser arquitecto es, a la postre, un estado binario. Se es o no se es. No se puede ser “más” o “menos” arquitecto, se podrá ser mejor o peor, pero no “más”.
Sin embargo, hay algo relativo a la cantidad en ese “más” que resulta tremendamente significativo en el subtexto de la afirmación. Más arquitecto. Más grande. Más alto. Bigger tan life. ¿Más espectacular(izado)? Quizá.
A la vez, y extrañamente, ese “más” –lejos de ampliar- reduce. Ser más arquitecto era (sigue siendo en gran medida) serlo solo en un campo. En una cosa. En una actividad. Haciendo lo que se supone que hacen los arquitectos. Lo que han hecho toda la vida. Lo que se les enseñaba a hacer (¿Aún se les enseña? ¿En serio?) sin opción aparente-.
Y créanlo o no, para que sepamos en que campo jugamos, no es una frase que me haya inventado. Escuchada más de una vez en la Escuela de Madrid, incluso en primera persona “Ya sabes que yo soy más arquitecto que X” (sustituya X por el nombre de otro arquitecto que, por lo visto, era menos).
Por Allí Hay Dragones
Hic sunt dracones. Por allí hay dragones. Horrores localizados que parecen no ser de nuestra incumbencia. A los que la distancia nos hace lamentablemente impermeables. Últimamente es una cuestión que me interesa. Y en parte porque siendo habitantes del primer mundo no somos ajenos a ella como la crisis de los refugiados sirios huidos de una guerra entre –como diría Kissinger, premio Nobel de la paz por cierto- “nuestro hijo de puta” y una banda de fanáticos ha puesto lamentablemente de manifiesto (Llamarles “emigrantes” me parece una muestra de metalenguaje perversa).
Y si bien todos somos de alguna manera (Y de muchas) culpables, resulta un mecanismo perverso y muy occidental el emplear esa generalización como lente borrosa con la que –asumida la barbaridad o al menos banalizada, interiorizada- no profundizar en aspectos particulares de la aplicación de eso que, tan solemnemente, llamamos principios. Deontología. Ética. Un mínimo.
No es nuestra disciplina ajena a estas cuestiones. Si me apuran cabría decir que no lo es en absoluto en este siglo XXI en el que las predicciones de Guy Debord sobre la espectacularización de la sociedad parecen a estas alturas, tras 16 ediciones de Gran Hermano, debates políticos en los que se miden las alturas de las sillas y el juicio de OJ Simpson, una aproximación muy comedida a la realidad.
La arquitectura es un fin, en ocasiones, y un medio muchas veces. Para cierta casta gobernante ambas situaciones coinciden: El fin es la gestión del poder. La propaganda pura y dura. La exhibición de musculo, caridad mal entendida o control absoluto. El medio, lamentablemente es la propia disciplina, convertida así en un objeto formalizado y vacío. Descargado de ese mínimo ético, lo que producimos troca en una fachada falsaria cuyo objetivo es en muchas ocasiones ayudar al lavado de corrupciones varias, obviando el atropello a los derechos humanos básicos o el absolutismo fascista más repugnante.
¡Kafka Vive!
Bremmer, Bird & Fortune era un programa del Channel 4 británico conducido por Rory Bremmer y el equipo formado por John Bird y John Fortune. Un programa de humor, con este punto extremadamente ácido y lacónico del humor inglés (cuando lo es realmente, en la mejor tradición de Monty Python pero con puntas de realismo).
El programa solía terminar con una entrevista entre Fortune y Bird en la que el primero actuaba como entrevistador y el segundo, generalmente siempre con el mismo nombre: George Parr, representaba el papel de un entrevistado casi siempre relacionado con aspectos económicos y sociales de actualidad. Así, Parr fue almirante a cargo de la construcción de portaaviones innecesarios, responsable del eurofighter… que no volaba, director del Eurotunel… que quería demandar a los ferris porque llevaban pasajeros, banquero de inversión… que seguía siendo rico, y un largo etcétera de elementos cuestionables.
Lo más interesante de las piezas (Auténticas obras de arte de timing y preparación) era que las respuestas de Bird estaban basadas en citas, noticias y datos completamente reales –en su mayoría obtenidos de la prensa- que desgranaban de forma tremendamente clara. Sin aspavientos, de la manera más normal posible dejando la crítica a la pura contemplación de la realidad elevada a la categoría del absurdo más surrealista que imaginarse pueda. Fortune preguntaba con una inocencia flemática y Bird respondía -con la misma inocencia- con las atrocidades más kafkianas como si no pasara absolutamente nada porque –y esto es lo tremendo- la realidad es que no pasaba. Ni pasa.
Y, amigos, si esto ocurre en Inglaterra, país medianamente civilizado ya saben, ¿Qué no ocurrirá en la España del champan y los amiguitos del alma?
Desde n+1, sección ¡Kafka LIVES!, hemos decidido combinar a todos los políticos españoles, arquitectos absurdos, representantes económicos y demás en un solo personaje y, en la tradición de Bird & Fortune, entrevistarle. Les advertimos de antemano, eso sí, que ningún político, empresario, arquitecto o demás subespecie fue dañado durante la producción de este artículo. Entre otras cosas porque… como ya saben, y como sabían los dos Johns, nunca pasa nada.
[Les advertimos también, que todo –TODO- lo que aparece en esta entrevista es absolutamente –lamentablemente- real]
Allá vamos.
Critics & Agents
A Brief Introduction.
On Freedom and enjoying mud puddles.
This Wednesday 10th of June, at ROCA MADRID GALLERY (Jose Abascal 57, Madrid) Fredy Massad will be presenting his book “LA VIGA EN EL OJO; ESCRITOS A TIEMPO” (“The Beam in the Eye; Writings, In Time”) published by EDICIONES ASIMETRICAS. I have the huge honor of being at the presentation panel along with a group of amazing architects (and friends): Santiago de Molina, Beatriz Villanueva, Juan García Millan (Editor) and Fredy himself.
When I was at my second year in architecture, a teacher encouraged me to read. To read everything, whether I liked it or not. So, obedient as I am, I went to NAOS (an architect’s Mecca when we talk about books in Madrid… or elsewhere) and I asked for a book I could read on the bus and subway (I was such an idiot!). The lady there (Whose name I knew and I’m sad I can’t remember, bless her great intuition) offered me Tom Wolfe’s “From Bauhaus to our House” (Which some spanish genius translated into “Quién teme al Bauhaus feroz” or “Who is afraid of the big bad Bauhaus”. It’s not the siblings in Mogambo, but almost).
I enjoyed the book like a kid with a water gun in a pool. Like a pig in a mud puddle. For the first time I was witnessing the process of thinking in a critical way, of questioning, of unmerciful deep analysis of a reality usually showed to me as an absolute I had to accept like a dogma. And I’m not a person who accepts dogmas, as you may have guessed.
I’ve read it many times since then. It is like an old friend I always return to. I’m older now, 23 years older (and probably not wiser) and I find myself questioning some of the passages of this book I simply adore. And I think that’s the best rendition to something that in a way changed my view on so many things: the fact that it taught me that questioning is always good, that it shouldn’t stop. That it is always necessary or we are doomed to a life of false gods and boredom.
As I’ve said, for years my refuge in this world of lack of debate and critical thinking in architecture, was my old copy of Tom Wolfe’s small book. That’s until someone told me to keep an eye on a guy that has a blog and writes for ABC, with mind-blowing titles such as “(De) Generación Digital” or “El Fin de la Fase Rem” [“Digital (De) Generation” / “The End of Rem Phase”]. Since then, I have cheated on Wolfe with Fredy, and I have proudly -what makes it more interesting and perverted- cheated on the dogma of spanish architecture with both of them.
I envy his clarity, his outspokenness, his knowledge, his commitment, but most of all, I envy his freedom. Because if you ask me what needs a critic to be first of all, I will probably say that it needs to be free. And everything else will come, like Fredy’s writings… in time.
I also have the pride of calling Fredy and Alicia Guerrero Yeste (His partner and life partner) my friends. I have shared with them laughs, long talks… and old BBC series. And that is what, after all, matters.
So, this article is dedicated to both of them, and the rest of the family, Mimi and Francisco. For all I have learned and all I plan to keep on learning from them, thank you so much.
[It is also dedicated to Blanca Espigares. Addicts like me need only a little push to write, and she is that little push in this occasion. She may have a name which translates as “white”, but she has a mind and a brain for evil. And oh, how I envy that brain you rascal]
So let’s start:
I don’t care about parametric architecture.
Ferrán y Mi Cuñado
En este país, todos lo sabemos, los parques naturales son sagrados.
Porque en este país, otra cosa no… pero lo de la protección inmaterial del paisaje y el entorno natural lo tenemos clarísimo. Se lo juro. Y como lo tenemos tan claro, nuestros representantes políticos y el poder legislativo nos han dotado de leyes, solidas. Confiables. Todo para reforzar este aspecto de la conservación sostenible del patrimonio natural.
Emmmh… bueno, si… a menos que uno vaya a construir un hotelazo en Cabo de Gata. Pero nada de una cosa de medio pelo, oye. Un hotel de categoría. Con discoteca y todo. Entonces no. porque esto son muchos puestos de trabajo. Y que además el hotel lo pintamos de marrón que así se ve menos y nos queda supersostenible y hasta nos felicitan en el colegio de arquitectos.
Mi Perro Se Comió El Trencadís
“¿Cómo se pueden hacer siete de las más grandes estaciones de tren del mundo si, como he oído, mis obras son poco funcionales? ¿O ser elegido, entre 15 aspirantes, para construir la iglesia griego-ortodoxa de la Zona Cero de Nueva York? Nadie hace algo mal y repite”
Así empieza Santiago Calatrava una entrevista en El País –acompañado por sus abogados, nos dicen. Sería para no sentirle solo- que nos deja perlas de incuestionable valía. Se lleva uno la sensación de que el perro de Don Santiago se comió los deberes… y el trencadis y de que tiene el arquitecto suizo más cintura esquivando que Keke Rosberg en su monoplaza. Nos surgen, eso si, algunas cuestiones sobre las que nos atrevemos a opinar de forma muy personal. Ya saben, nosotros somos así.
Para esta primera frase, por empezar, podríamos emplear el refrán sobre las moscas y lo que comen. Remitirnos a las cifras de ventas de Justin Bieber o, incluso, recordar que Belén Esteban ha estado numero uno de ventas muchas semanas. No obstante, y por mantener la cosa en una efervescente actualidad, quizá sea bueno traer aquí al pequeño Nicolás, que no es el mágico niño de Sempé y Goscinny, sino una suerte de conseguidor que se la ha colado a políticos de toda especie. Quizá el pequeño Nicolás no hubiera conseguido triunfar en un congreso de ingenieros. En uno de cirujanos. O miren, incluso, en uno de arquitectos. Pero con políticos ya se sabe que lo interesante es poder cantar “Americanos” vestidos de corto. Y nada viste de corto (O vestía) como un edificio con firma, cueste lo que cueste.
Vayamos por preguntas, que es la forma de ir paso a paso: