I’m a Barbie Architect!! (Y 2)

Tu estas segura que no prefieres hacer derecho, Barbie hija?

Tranquilicen sus almas. Apacigüen sus intranquilidades. Respiren tranquilos. Nuestros problemas llegan a su fin, una nueva era de luminosidad y volutas de color rosa que haría morir de un ataque de glucosa a “Mi pequeño pony” ha llegado.

Contemplándonos desde sus 11 centímetros de altura, mirándonos condescendiente y picarona con sus ojos azules, sonriéndonos con sus labios perfectos y equipados con una cantidad de gloss que dejaría a Hannah Montana a la altura de “granjero busca esposa”……

POR FIN LLEGA A NOSOTROS:

ARCHITECT BARBIE!!!!

Regalos Gafapasta para una Navidad con Arquitectos (1)

Como todos los años por estas fechas llega el momento de regalar cosas y como en este gremio somos como somos y no nos olvidamos de la profesión ni a la hora de darle vidilla a la tarjeta, les regalamos una opción que les permitirá aunar su generosidad con la posibilidad de hacer un manifiesto en pos de la arquitectura, la ironia y los gatitos (Y más barato que un edificio, oigan).

Así que sin mas preámbulos les presentamos el que sin duda será el regalito de esta temporada de nieves (Y hielos) arquitecturiles. Barato, algo irónico, altamente instructivo y un poquito endogámico:

La marioneta de dedo de Wright.

Imprescindible para profesores de escuela que quieran invocar el espíritu de Papa Frank en las correcciones, en el más puro estilo de Mr. Garrison y Mr. Hat (El profesor con marioneta de South Park). Eso si, en caso de ser ustedes alumnos, tengan cuidado de no acabar como el pobre Kenny por un “quítame allá esos formalismos del paradigma complejizado”.

Para los que tengan criaturitas, o un fetiche como un piano de cola, hay también un peluche (Altamente achuchable) y para los más fans de Frankie, una tarjeta de felicitación, en la que la pose del maestro de Chicago no es otra que la de:

Soy el más mejor. Y lo sé, beibi.

Rejoyce!

Cuelga tus genes

Los cuadros de DNA 11 se han convertido en uno de los productos
mejor vendidos en la tienda del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

A través de la página web de la empresa, www.dna11.com cada persona puede elegir distintos colores y formas de lienzos donde se imprimirá su código.

Desde 2005, este negocio ya ha conseguido vender miles de cuadros en
más de 50 países. Y la demanda parece seguir creciendo. Su precio
inicial es de 390 dólares, pero las ventas crecen un 20% cada mes.

Crea tu propio mobiliario

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Vía