Biennale/08, Pijus Magnificus
Hace unos años fue comisario de la Bienal de Venecia Maximiliano Fuksass. El lema era “Menos estética y mas ética”. Sin entrar en profundidad en los contenidos de la misma, el lema no puede parecernos más de actualidad.
Este año sin embargo, el comisario es Aaron Betsky.
Después de leer las primeras noticias sobre el evento, no esperábamos que nada especialmente interesante surgiera de Venecia. Y ello por que lo que aparecía en la página web nos parecía como poco preocupante.
Solo el titulo ya lo es, “Ahí fuera, Arquitectura sin edificios” (O Arquitectura sin construcción, que de ambas maneras puede traducirse). Sospechábamos ya que la Bienal iba a calzarse con gusto y pasión el traje alta costura que se lleva actualmente, y que no es otro que aquel que hace gala de que el proyecto, la investigación, o el proceso proyectual, es un fin en si mismo separado de la construcción y, y esto es lo peor, mas valido que aquella.
Tristemente, lo que eran sospechas, acompañadas por la sensación general de que las Bienales son una fiesta del canapé y el copeo subvencionado a las que asisten los cuatro amiguetes de rigor y algún foráneo para dar color (que generalmente merece estar allí mas que el 90% de los restantes), se han confirmado al leer hoy en el país las declaraciones de Aaron Betsky, comisario a la sazón del jolgorio veneciano.
Betsky es arquitecto. Perdón, permítannos reconstruir la expresión, Betsky tiene por ahí en algún cajón un titulo que le acredita como arquitecto. Pero lo que el quiere ser es un artista. Y es realmente un artistilla. O un cachondo mental aun no lo tenemos muy claro.
De las declaraciones no podemos escapar a la primera, frase profunda donde las haya, digna del mármol eterno y de pasar a la historia en letras de oro:
“Las casas son la tumba de este arte”
Ahí es nada. Era poco lo del ojo y lo llevaba en la mano.
¿Qué casas? ¿Qué tumba? Y sobre todo ¿Qué arte? ¿Aun seguimos con eso?
Nosotros no somos artistas. Ni falta que nos hace. Es esta clasificación ridícula la que nos ha llevado en gran parte a donde estamos. Es este anhelo infantiloide, el que persiguen indocumentados como Betsky al que parece que la realidad le molesta por que le “estropea” sus purísimos planteamientos, el que nos ha convertido en la pandereta de todas las fiestas y el último mono de la autoridad técnica.
Ya dijimos cual era la causa, entre muchas: el arte solo se sirve a si mismo y no tiene por que dar explicación alguna. No se me ocurre nada más alejado de los principios más básicos de esta profesión. El arte no tiene por que justificarse. En el arte las cosas no pesan. El agua no moja. Los usuarios no se empeñan en moverse y estar cómodos. En dormir en horizontal, en poder pasar por un puente….
Pero si creían que la cosa quedaba aquí, no se apuren, que como decía Superratón, aun hay más.
El amigo Betsky, que ya ha cogido carrerilla y esta que no hay quien lo pare se lanza cuesta abajo por la senda del artisteo:
"Una arquitectura que pretenda dar soluciones construyendo es falsa, está muerta. Los edificios son la tumba de la arquitectura",
Impagable. Una arquitectura que pretenda dar soluciones construyendo… ¿Es falsa? Y vuelta con la tumba. Que obsesión. Vuelta la burra al trigo.
Lo malo de estos onanismos mentales (perdónennos, no se nos ocurre otra definición mas apropiada) es que son, por lo generalista, lo infatuado y lo falso, absolutamente ridículos. Más aun cuando el que los pronuncia lo hace lleno del convencimiento sectario y autosuficiente que solo esta profesión nuestra puede producir. Si los edificios son la tumba de la arquitectura se ve que los comisariados lo son de la inteligencia. O al menos de la más mínima prudencia.
Uno se empieza a explicar como va a resultar el comisariado del artista Betsky cuando empieza a ver (Hay hasta foto acompañando el articulo) que lo que allí va a enseñarse son unas performances (bastante rancias por otra parte) y unas instalaciones pletoricas de arte por sus cuatro costados. Claro que no queda otra. Si los edificios son tumbas, no querríamos que la bienal acabara pareciendo una sesión golfa de Tales From The Crypt.
Entre ellas destacan las de Philippe Rham, que muestra a dos jóvenes (chico y chica) desnudos leyendo unos libros y a otros dos “ligeritos de ropa” cantando. Los primeros están a 28º y los segundos a 12º.
Pues mira tú. No seremos nosotros los que nos quejemos de ver cuerpos desnudos en todo su juvenil esplendor hormonal. Pero la explicación de Rham es de Apocalipsis,
“En esta disciplina cuentan también los elementos invisibles, como la luz o la temperatura”.
A ver, Philippe, hijo mío. La luz, invisible lo que se dice invisible no es. De hecho es hasta tangible, ya sabes, ¿Dualidad onda partícula?, con la temperatura pasa algo parecido. Se mide, se barema, se observan sus efectos… ¿Te suena? ¿No? Bueno no desesperes si lo que querías era poner a alguien en pelotas, que es la forma de que todo el mundo pase por tu instalación, haberlo dicho antes y te ahorrabas la frasecita.
Por otra parte, Phil, (Cogiendo confianza), ¿Tú crees que la gente, o los arquitectos ya puestos, no saben que la luz y la temperatura son parte de la disciplina? Nosotros más bien diríamos que es el a,b,c. Betsky igual no, por que el esto de la realidad y la construcción… de nunca. Pero, darse este bombo, para señalar lo obvio, ¿No es un pelin trágico, por no decir fatuo?
¿A esto hemos llegado como artistas, a tener que montar una burda y simplona instalación para recordarnos lo que como TÉCNICOS deberíamos tener grabado a fuego en nuestros cerebros? Tristísimo.
Y siguiendo con el plus de astracanada que esto lleva encima, nuestro querido comisario nos explica que los creadores de este año (Ojo, creadores… vamos bien) muestran otro tipo de arquitectura “que no se limita al diseño de edificios, sino también al diseño de espacios internos, objetos y muebles […] Veremos muchos experimentos, que espero traten de aportar un nuevo punto de partida”.
No sabemos si es que nos ha dado mucho el sol, o si es que Betsky es una fuente inagotable de verborrea de la peor especie. “Que no se limita al diseño de edificios sino también al diseño de espacios internos…” Se lo juramos por las sagradas gafas del profeta Le Corbusier, hasta ahora todos los proyectos que hemos hecho tenían espacio interno. No podemos decir lo mismo de los de Zaha, que esta invitadísima al evento, pero por regla general, espacio interno, tienen casi todas las tumb… perdón, los edificios. A menos que Betsky sea realmente ingeniero de fachadas, en cuyo caso nos explicamos muchas cosas.
Lo de los objetos y los muebles, pues mas de lo mismo, se ve que Aalto, Le Corbusier, Sejima, Los Eames… que aparte de hacer tumbas también hacían objetos y muebles, son la salvación de esta profesión y un nuevo punto de vista ¿Un poco inocente venir a descubrirlos ahora no Aaron? Será que la vena artística colapsa la técnica, o al menos la memoria.
Y la cosa sigue, hasta la nausea. Nuestro comisario (Que nos esta dando unas ganas horribles de escuchar I Shot the Sheriff en versión de Bob Marley) culmina su meteorico ascenso al Olimpo de los dioses de la frase vacua y el “a ver quien la hace más gorda” con dos intervenciones lapidarias:
1.- “No digo que los arquitectos no sean necesarios”
Hombre siendo comisario de una bienal de arquitectura quedaría algo feo.
2.- "Los edificios son muy costosos y sólo quien tiene dinero y poder puede asignar una obra a un determinado arquitecto. Para romper con la relación entre arquitectura y poder político, los arquitectos deben, simplemente, rechazar nuevos proyectos. Por otro lado, habrá cada vez menos dinero para una arquitectura inteligente y crítica".
Ya lo saben, compañeros. A rechazar proyectos. O debe ser que cuando Betsky se refiere a asignar, lo que realmente quiere decir es “a dedo”.
Es precisamente, so comisario, esta pasión que iluminados como tu tenéis por ser creadores y artistas, la principal causa de que ya no seamos técnicos. Es esta falta de criterio técnico la que hace que los edificios (Y mas los asignados a dedo) se conviertan en pozos sin fondo económicos. Y lo es por que, apréndetelo, el arte es una cosa y lo nuestro es, y debe ser, otra muy distinta. Son precisamente el 90% de los que has invitado a la bienal los mayores desfasadores de presupuesto que existen en el panorama actual (Con Zaha liderando el grupito) y lo son por que si entramos en el mundo del arte, cualquier otra justificación molesta. La solución no es rechazar proyectos, es saber hacerlos como un técnico honesto y no como un creador endiosado e irresponsable.
Habrá cada vez menos dinero para una arquitectura inteligente y critica, dice el inexperto Betsky. No lo sabemos.
De lo que estamos seguros es que lo que cada vez hay menos, es inteligencia y capacidad de crítica. En Venecia por lo visto, ninguna.
He aquí algo para ilustrarse…
http://www.dezeen.com/2008/09/11/out-there-architecture-beyond-building-at-the-venice-architecture-biennale/#more-17887
JP
septiembre 11, 2008 at 17:53
un post interesante a la vez que gracioso y fresco, si fuera mi post, solo añadiría alguna frase subrayando (dando por supuesta la dualidad técnica/arte de la arquitectura) la también intrínseca característica de arte/estética/…etc que se da (o debiera) en arquitectura, sin dejar por eso a un lado todos los aspectos técnicos (que vayan las dos juntas – difícil tarea -, y si no se puede, que este al menos la del lado técnico – la más básica y necesaria -)
um saludo
pep
septiembre 15, 2008 at 1:00
Enhorabuena por el texto.
Un arquitecto de provincias.
justicia
septiembre 29, 2008 at 19:51