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Aquí también hay que leer compulsivamente (LFC)

Ni mil palabras más

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Acabo de leer una descripción de un proyecto y no he podido evitar acordarme de una conversación recurrente con algunos compañeros del FAD (Frente Arquitectónico Desmitificador) según la cual hay algo para lo que los arquitectos tenemos una facilidad más que sorprendente y que no es otra cosa que llenar folios uno tras otro con la sacrosanta capacidad de decir lo mas sencillo de la forma mas complicada.

Como el texto que leía el chaval ante Juan de Mairena
 
Enrique Jardiel Poncela escribió en “Cuentos para leer en un ascensor” una serie de relatos sin cada una de las vocales (Sin la “a”,
sin la “e” etc.) En la misma línea, el juego que nos planteamos era escribir cada uno un folio con un único concepto. Uno solo, pero llenando el folio entero.

Aquí les dejo el resultado, y tómenlo, como casi todo en esta vida, con humor. O no. 
 

Memoria:

La génesis mental de la creación proyectual parte del entendimiento de la profunda masividad del elemento mural.
De esta forma, y con el resto del entorno, se produce la oposición de contrarios, el mito de Jano, trasladado en palabras de Heidegger a la situación intradisciplinar sobre la condición matérica del elemento vertical. Dicha condición se nos presenta desnuda y en una escala de gran angular, deformada en su dimensión como en un escenario cripto-cinematográfico en el que el sistema de medición real ha dado paso a otro cuyos tiempos no se rigen ya por un continuum cartesiano sino por la importante presencia (física y temporal) del elemento.

Podríamos situar el punto original en esta desviación, en dicha dicotomía tiempo-medida. Sin embargo perderíamos de vista la realidad gravitativa del elemento que por oposición al resto se convierte en una masa directora. En un centro de campo gravitacional cuyas características físicas sobreampliadas generan un campo de atracción sobre el resto de la traza proyectual. 
 

Es este elemento separador murico el que, como en un poema de Miguel Hernández, se ata a las cuestiones telúricas y geotécnicas de la psique común de los usurarios.  

Su carácter estereotómico, frisando lo megalítico nos acerca al factor sociológico del recuerdo histórico-genético de la mente común humana.
 

Pero aun podríamos decir mas, sobre la extrema plasticidad de la masa elevándose entre el plano horizontal superior y el plano transitable. Mas sobre su carácter de lleno. Mas sobre su condición de cosificación escalada de las masas virtuales que lo generan. Mas sobre la potenciación psicológica de su magna impronta física.
 

Es esta y no otra (Aunque así pudiera parecerlo) la mecánica mental de la consideración implícita en el proceso proyectual de generación de elementos muricos. Su entendimiento no como membranas sino como llenos materiales de grandes dimensiones psicológicas que se traducen, en una clara referencia naïf, a la composición masiva que configura el espacio circundante. 
 

No se trata pues de pasar de un lado a otro, se trata de atravesar espesores, de circular dentro de la masa. De ocupar el elemento surgido de la tierra y que, con ella, supone una sensación de fisicidad que sobrecoge nuestro subconsciente.
 

El concepto de materialidad llevado a sus ultimas consecuencias, hace de la barrera intermedia vertical que nos ocupa una cuestión topológica relativa al lleno y al vacío. El lleno, se expresa así en el elemento como un todo pregnante, cognoscible y afectado de una poética de la masa física, real y tangible.
 
Y…. en otras palabras…
 

Que el muro es gordo, vamos.

Written by Jose María Echarte

octubre 26, 2008 a 17:36

Publicado en humor

6 respuestas

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  1. Y que tiene que ver todo esto con el proyecto Jardín Cent??

    wys

    octubre 26, 2008 at 22:49

  2. Repetimos para los del fondo:
    «Acabo de leer la descripción de un Proyecto […]». Leer, descripción.
    Y yo personalmente, es que frases como:
    «El jardín quiere evidenciar la fisicidad de la moneda: color, textura, brillo u olor. Desde un carácter lúdico, se incita a cruzar este mullido pavimento, soporte sorprendentemente revelador de unas altísimas cualidades perceptivas que contrastan con la intangible nueva economía global»
    Me recuerdan a:
    «Los eventos consuetudinarios que acontecen en la rua»
    Y me provocan una cierta sonrisa.

    Jose Maria Echarte Ramos

    octubre 27, 2008 at 11:46

  3. ¿Pueden realmente unas altísimas cualidades perceptivas contrastar con la intangible nueva economía global?. Más aún, ¿pueden ser unas cualidades perceptivas altísimas?. De todas maneras, lo peor de todo es llenar el suelo de monedas.

    CO2

    octubre 27, 2008 at 19:01

  4. Me recuerda a lo de «Instrucciones para subir una escalera» de Cortázar.
    http://www.literatura.org/Cortazar/Instrucciones.html
    A patir de ahora a incluir en el Manual de Uso de la Vivienda, del Libro del Edificio. :D

    acotadecalle

    octubre 29, 2008 at 12:11

  5. No se si la economia global es intangible. Mi cuenta del banco no opina igual.
    Lo de Cortazar muy bueno. Aunque Rayuela siempre me ha cargado un pelin.

    Jose Maria Echarte Ramos

    octubre 29, 2008 at 20:46

  6. …y el kibbutz del deseo.
    Pasa que Oliveira es doblemente indigesto: por Argento y por pseudo-Beatnik.
    Pero pese a eso, es entrañable la novela. :P

    jp

    noviembre 2, 2008 at 1:26


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